Esta historia empieza así...

On my way to Sevilla, with my dad :)

Con un tizne de ingenio, echaba sobre ella algún que otro reproche, ¿Quién era ella para pedirme explicaciones?... Si más no lo recuerdo, yo no importaba. No era más que una cosa que estaba allí, con la que tenías que convivir. Y el camino más fácil, ya te digo yo, era olvidarse de mi existencia. Sí, seguramente digas, ¿qué tipo de convivencia es esa? Bueno... yo te diré, la más segura, ni convivencias ni leches, aquí se trataba de no molestar, no estorbar, no hacerse hueco en la vista del otro. Y sí, me había esforzado lo bastante para ser un poquito más agradable, pero no daba más que para una tonta curvatura en la cara.... ¿Llamas tú a eso una sonrisa? No, yo no podía.. si lo quieres llamar así, ser "sensata", o ser tan comedida como hubiera querido, a veces daba una cierta entrega a las cosas, muy tonta tal vez, y otras veces, simplemente era yo, sí... esa cosa de allí que no se inmutaba ni a la más mínima palabra. ¡Qué torpe! Nunca habías sido hábil, 'qué más da'.

[...]

¿Sophie?, ¿Sophie?... A mi me gusta mucho Sophie... o Sofía. Recuerdo cuando nació mi sobrina, había estado hablando con mi primo por chat, y él me dijo que eligiera algún nombre inglés para su hija. Me recorrió una cierta emoción, le iba a elegir el nombre a mi sobrina... y de mayor se llamaría Sophie... No se, tal vez no le gustara... pero de pequeña se le iba a llamar Sophie, como aquel curioso personaje de aquella peli... Aquella chica que a menudo hacía cosas de las que más tarde se arrepentiría, que aún no entendía ser persona... La pequeña Sophie.

-No estaba asustada, bueno... sí, tal vez un poco... en realidad bastante... no sabía que hacer, tenía miedo. Huir? pensé en eso. De repente se me enfrío la sangre, como si algo me desgarrara... sentí cómo helaba, todo en aquel momento se me hacía eterno, o tal vez demasiado deprisa. No sé, no sé, todo era lo bastante confuso como para poder recordar algo con claridad. No hice más que maldecir. ¿Qué, gritar, llorar? No. No sé, ¿sabes? Llegué a ver mi vida delante de mis ojos, al filo del atardecer... sentir como te dejabas cortar por aquel filo, el filo de un puñal adelantandose a todo eso que creías tener que haber sentido/vivido antes... y tu creías muchas cosas... sí, muchas... que no traspasaban aquella barrera como para que pudieras calificar de insignificante "realidad", un tren sinfín de imágenes o tal vez un anuncio de 30 segundos... se abría camino y se hacia ver por mi mente. Nada duro lo bastante como para saber si fue verdad...

-Y entonces, ¿qué paso? ¿Recuerdas aquella chica de la que te hable? Bueno, hoy la vi... Niña.. yo la llegue a querer de verdad. Y tu lo sabes, o no me enamoraba nunca o muy rápido. Cuando la vi, me recordó a alguien, creo que por eso me gustaba tanto verla. Ella no era así antes, le gustaba mucho este barrio...

-Lo sé. De repente vino gente, intentaban hablarme, hice un esfuerzo por escuchar... pero no pude, veía cómo movían los labios, no pude reaccionar. Me habría quedado sorda y enmudecí por los siguientes segundos, esperaba que alguien me cogiera en brazos y ,tal vez, me sacara de allí, pero nada de eso pasó. Y ellos no entendían, allí donde el dinero todo lo ensuciaba y los pequeños morían, las palabras perdían significado y aquellos segundos perdidos se iban a quedar en nada. No se menospreciaba su valentía, pero era algo con lo que allí se vivía, no se qué esperaban...

-Aquí somos todos unos bastardos, pequeña, no tienes tú fe ni nada... Es hora de dejar que tanta quimera vague por tu mente. La valentía es algo con lo que se cuenta si vives en sitios como este, tienes razón... pero nada quita que las agallas de unos para realizar lo que quieran no perjudique a las de otros. Mira pequeña, a mi siempre me han gustado las armas, pero no hay ninguna como la mente. Y me hubiera gustado disponer de mejor arma, pero así nací... y así me crié. Una vez conocí a alguien, inspiraba una aterradora confianza, y no podías evitar regocijarte en sus palabras, vaya... claro... siempre hay excepciones, transmitía una extraña sensación... y.. al contrario, no inquietaba... Era un gran tío, y el sufrimiento no era motivo de queja. Transmitía tanta felicidad, aún enfadado no podías evitar verle con esa gracia que tenía. Es de esas personas que agradeces haber conocido.

-Me gustaría haberle conocido.

-Aún puedes, pero no creo. El tiempo a veces hace de nosotros una mierda... Es todo muy irónico, ¿no crees?

-No sé, son cosas que eliges... que pasan.. que tendrás que aceptar... Es todo muy contradictorio... No sé... Bueno, yo creo que iré a descansar... Estoy muy cansada, ¿sabes cómo es esto de vivir cansado casi todos los días?, eso no es vivir! es casi estar muerta... Compraré algo en la farmacia, no necesito más. No se por qué se empeñan en traerme a esas personas que tienen como profesión entrometerse en la vida ajena... Después de todo, pensaba vivirlo por mi propio mando. Pero bueno, lo mejor sería intentar arreglar todo lo que hice o hago mal... aunque pocas cosas logre... tal vez esas cosas que queden son las que ya me definen... Es todo muy agotador...

-Pequeña, no te deprimas, no sabes tú lo que te queda... Esto es vida, con sus altibajos, con la suerte de haber nacido allí o aquí... De que pierdas lo que tienes, de que sea una cosa tras otra, de que la gente vaya y venga, y de que otros simplemente nunca regresen, de que vengan olas y se lleven todo, de que haya temblores y tormentas, de que se apague la llama de aquel fuego y de que sin más otra se propague, de que te cague un pájaro encima o de que vayas tu buscando mierda por pisar, de que pasen estas cosas, o de que de repente te veas ante una muerte atónita. No luches con ella, no juegues con ella, a todos nos llega.

-No me hables así, tu bien lo sabes...

-¿Sabes quién falta en esta conversación? Alguien que vea esas cosas que a veces a nosotros se nos escapan...

-No se de qué me hablas.

-Bueno, pequeña, descansa.

-Lamento no escuchar lo de esa chica, supuse que ya era pasado.

-No te preocupes, solo quería compartir... Ella era muy buena, pero se enamoró de un imbécil, sí... él siempre ha sido un imbécil, le ayudaba en esas cosas...ya sabes... él le pedía que fuera allá, y ella iba. Él se metía en problemas, ella iba e intentaba sacarle...
Tenía una voz dormida, y su pelo a veces se confundía con el color del atardecer... me encantaba ese rojizo que tenía... Pequeña, una vez mientras esperaba en su casa, la vi pasar en bata por el corredor, y otras de esas, la vi despertar con su pijama algo transparente, que hubiera yo dado un día de mi vida por que se transparentara aún más, aquel pijama se juntaba con el aroma de su piel... y se formaba en ella una silueta con la que se nacía feliz y uno gustaba ver.

Ya veo... dulces sueños pequeña (ya dormida)... que descanses.

Hahahhaa, I just read this and realized that well, it's really hard to understand, since i wrote the whole story on different days, and so what came on my mind wasn't the same both days. A story just turned into another one but both, are connected.