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Y a veces pasa, pasa que nos sentimos impotentes, agotados, vulnerables, cansados ante algo, y por más que intentemos ver el lado bueno, no sale, no sale. Todo nos queda grande, muy grande. Y nos damos cuenta de lo pequeños que somos, te sientes inútil, nada importa, si que importa, por eso estas así, realmente lo único que quieres es dejarte morir por un momento, hacer que la vida pare, detener todo.. para entonces realmente sentirte tranquila... Claro, y luego volver... volver para ver que está todo bien... pero esas cosas no pasan. ¿O sí?
Pasa que acabamos hartos de todo... bueno, casi todo. Quieres enfrentarte al mundo.. pero ves que te gana, no quieres hacerte aliada, te saca de quicio. Quieres enfadarte, gritar, hartarte, llorar, y tal vez tirarlo todo, enloquecerte, romper con todo. Coger un martillo, un cuchillo, un saco de patatas, tirar la pared, romper platos, SEEH ¬¬
Hay muchos momentos así en la vida... debe ser la cara opuesta a la felicidad, la cual compartimos día a día con la gente que queremos :)
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