Fallé...

Te odio, pero más a mi. Miento... la culpa es tuya, y solo tuya. No soy razonable, ni quiero serlo. Hice todo lo que pude, no fue suficiente. Miento, no hice nada, deje pasar los días. No pense en ti, ni tenía intensión de hacerlo. Quise esforzarme, pero las circuntancias no me dejaron. Miento, no quise. Llego el momento, fallé. No soy más que esa chica ignorante que, alguna vez, vistes jugar el rol de otra. Que ahora se ahoga en mentiras, y no hace más que vivir en su transformada y pobre realidad. Que sigue sin aprender las consecuencias de sus actos. Esa chica que cree poder cambiar de la noche a la mañana. La culpa, es tuya. No hay porqué, ni lo tiene que haber. Asi he sido de irracional.